Linus Torvalds anunció sin más que comienzan los trabajos para publicar la versión 3 del kernel Linux. De hecho, publicó la versión 3.0.0-rc1, o primera versión candidata. Recordemos que cada versión de Linux se distingue por tres números separados por un punto. Como sea, se trata de la versión 3, y de ella colgarán varias “ramas” de código.
¿Qué mejoras hay en la versión 3.0.0-rc1? Salvo agregar soporte para Microsoft Kinect, mejorar el de algunas tarjetas gráficas y el de procesadores Intel, no encontraremos ninguna que pueda ser considerada revolucionaria, ninguna que marque un antes y un después para Linux.
La excusa de Linus para arrancar la versión 3 es sencilla:
Llevamos muchos años publicando versiones en función del tiempo, no de las características. Si quieren una excusa para la renumeración, deberían ver que ya han pasado 20 años.
Sabemos que han pasado muchos años desde la publicación de la rama 2.6.x del kernel Linux —la versión 2 fue publicada en 1996, por decir algo—, con avances gigantescos en términos de soporte de nuevas arquitecturas, funcionalidades, sistemas de archivos, mejoras de desempeño en general, etcétera. Esto es loable pero no está exento de críticas, entre otras, que el kernel está pasado de peso.
Inicialmente Linus Torvalds iniciaría la rama 2.8.x, pero al final del día optó por comenzar 3.0. Desde mi punto de vista, esta es una decisión inteligente pues en sí misma ofrece la idea de un nuevo comienzo, el de uno que avanza hacia la tercera década de Linux. Es muy probable que Linux termine más delgado y limpio en el proceso.
Con la nueva versión, es probable también que aumenten las energías concentradas alrededor del kernel Linux: nuevos programadores, un relevo generacional, nuevas ideas, interés renovado. Desde este punto de vista, la nueva versión de Linux, así como sucedió con HTML5, tiene lo suyo de mercadotécnico.
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